Soy Lina Panyella y Chéron y mis padres me pusieron Lina en honor a la heroica miliciana Lina Odena.
El 22 de junio se cumplirán 70 años del asesinato de 3 jóvenes republicanos a manos de la Guardia Civil : Joan, mi padre, Ángel y Ramón.
No podré estar allí con vosotros en el homenaje, por los avatares de la vida y problemas de salud, pero estoy con vosotros de palabra y de corazón.
Querido Papa, el 18 de junio de 1953 acababas de cumplir 26 años. Tu mujer Pilar murió loca y sin saberlo, tus padres también, pero toda la vida fueron miembros activos del PSUC, por convicción y como recuerdo y homenaje a tu memoria.
A lo largo de los años no hemos coincidido con familiares cercanos de Ángel y Ramón, pero tuvieron una madre, un padre y quizás una amante y otros familiares, que les esperaron durante años. Yacen en mi corazón como mi padre.
Recordar el pasado no es lo mismo que ser retrógrado; el pasado construye nuestro presente y nos permite asir el futuro. Debemos mantener viva la frágil luz de estos hombres y mujeres que dieron su vida por nuestra libertad.
La historia siempre la escriben los vencedores, y gracias al esfuerzo de personas anónimas hemos podido encontrar las tumbas de estos 3 jóvenes, pero en la tierra de España siempre quedará la sangre de aquellos otros hombres sin nombre, asesinados por el franquismo.
En todos los países, la historia está subordinada a las necesidades de la política del día a día. En Estados Unidos se olvida a todos los británicos que participaron en el desembarco del Día D, mientras que las democracias occidentales pasan por alto los 20 millones de muertos soviéticos y la labor del Ejército Rojo. En cuanto a los franceses, fue deseo de De Gaulle que todos participaran en la Resistencia, y olvidamos a todos los extranjeros, incluidos los españoles, que estuvieron en el maquis.
Y esta sangre republicana inundó Europa hasta Stalingrado, donde murieron Rubén Ibárruri y otros jóvenes españoles que luchaban bajo la bandera soviética.
Las autoridades francesas trataron a los republicanos españoles como animales, encerrándolos tras alambradas como bestias culpables o enfurecidos, y separando a las familias.
Gracias a periodistas y organizaciones de izquierda, se coordinó la solidaridad, y el pueblo francés respondió y el movimiento se hizo nacional.
Pero la prensa de derechas y de extrema derecha escribió: “El ejército del crimen está en Francia, toda la escoria, los bajos fondos, los asesinos de Barcelona irrumpen en nuestro suelo” …. Como decía la periodista Simone Téry: “Para aquella Francia, el español representaba un peligro mortal, era portador de un germen, el germen de la libertad”.
Y este germen de libertad fue llevado muy alto por los españoles en la lucha contra el nazismo. Crearon maquis y entrenaron a refugiados del STO en el uso de armas y explosivos. Y no hace mucho que homenajeamos a los republicanos españoles de la Nueve que, desde el enfrentamiento con el África Corps hasta el Nido del Águila, liberaron París con el capitán Dronne y el teniente (capitán republicano) Armando Granell al frente de los carros de combate Ebro, Teruel, Belchite, Guadalaraja y otros.
Vi una placa cerca del Círculo Polar Ártico, en Noruega, en homenaje a los soldados republicanos que habían luchado en el hielo. Mi abuelo Anadon era un FTP y fue deportado a Mauthausen.
Todos estos republicanos lucharon con mirada puesta en España, pensando que llevarían la victoria hasta España, sabiendo que allí tenían maquis. Éramos los olvidados, los tontos de la historia, abandonados por las potencias occidentales.
Debemos recordar a las víctimas del franquismo para que no sean las víctimas de la historia.
Querido Papá, no recuerdo el sonido de tu voz, no recuerdo tu olor, no recuerdo la fuerza de tus brazos cuando me abrazaban. Pero a través de las fotos recuerdo el amor y la ternura en tus ojos cuando me mirabas a mí y a tu mujer. Recuerdo tu sonrisa, en todas las fotos te ríes o sonríes, se adivina tu alegría y el amor que tenías por la vida.
Tu madre, mi yaya, solía decir que eras decidido y perseverante en todo lo que hacías, y que te encantaba vestir a la moda. Hay tantas cosas que podría decir para describirte, pero eras un joven de su tiempo, que amaba la libertad, la república y la idea que te llevó a luchar y morir en estas montañas: ¡querías una España libre del franquismo!
Hoy tengo el pelo blanco como tu madre, ya tienes nietos, y un yerno … y para nosotros siempre serás aquel eterno joven que me dio la mano por última vez en la Canebière de Marsella.
Lina Panyella, 17 de junio de 2023