EN BUSCA DEL PADRE (II)

14-07-22

Antonia Jover

Aquí teniu l’editorial complet del darrer CR, 108. Us animem a llegir el butlletí sencer, ple de memòria i valors democràtics.


Hoy, después de conocidas todas las circunstancias por las que pasó mi padre de 1939 a 1943, y no por ser víctima, como le agradaba manifestar, sino por ser represaliado por sus ideas y su combate por ellas, tengo la sensación que la herida que tenía abierta se ha cicatrizado, proporcionándome, después de tantos años, una cierta tranquilidad.

Ha sido realmente mucho lo descubierto en esos documentos sumariales y sería difícil explicar en estos dos artículos todo lo que hemos conocido en nuestra investigación. Todo ha sido emocionante y en cada zona donde descubría una nueva información sentía que se completaba la figura de mi padre. Cada vez que se proyectaba luz sobre las lagunas el mundo de mi padre se proyectaba ante mí con una imagen nueva y tenía el sentimiento de que, por fin, su figura se me presentaba completa. Fueron muchas las informaciones que me proporcionaron el conocimiento de esta etapa de la vida de mi padre, tantas que solamente me ceñiré a un tema que creo digno de dar a conocer-

Entre los papeles judiciales aparecieron, para mi sorpresa, 7 folios llenos de firmas del capellán y de todos los falangistas de Alcantarilla, en los que pedían una menor pena para Antonio Jover Riquelme. Ante este sorprendente hecho, pensé que mi hermana mayor, Inés, que con 16 años había presenciado el juicio en Murcia, podría saber algo de ello.

Aprovechando que con 98 años se encuentra bien mentalmente viviendo en París, me decidí a llamarla y contarle lo que había descubierto. Enseguida me explicó que había sido ella la que se pateó, casa por casa, toda la falange de Alcantarilla, recordándoles, entre otras cosas, que cuando nuestro padre fue Consejero de Justicia en el Ayuntamiento de Alcantarilla, luchó enérgicamente para que no hubiera desmanes; muchos de ellos eran conscientes de ello y de que fue un hombre justo. El juicio, pues, había sido una sarta de mentiras.

Le dije a mi hermana que papá siempre pensó que le había salvado su amigo Esteban. Me respondió que, en parte fue así, pues nada más trasladarle a las celdas de condenados a muerte Esteban se presentó en casa y les dijo lo que tenían que hacer si querían intentar salvarle la vida. Ella responsió que haría lo imposible sin mirar en peligros. Esteban le dijo que una vez tuviera las firmas las entregara en el Gobierno Militar de Murcia y él se encargaría del seguimiento. El final de la operación fue la suspensión de la pena de muerte de nuestro padre.

Siempre he sabido que mi hermana adoraba a su padre, pero el conocimiento de esta valiente acción por parte de una joven de 16 años, con tantos fascistas, en tiempos tan difíciles y peligrosos en los que por menos desaparecían personas en las cunetas, ha aumentado mi cariño y admiración hacia ella.

Pedimos se abran todos los archivos de nuestra historia contemporánea para poder normalizar las vidas de miles de personas en nuestro país. Que nunca más ningún hijo ni hija tengan que poner en juego sus vidas por salvar a sus padres o familiares.

NUNCA MÁS, MAI MÉS, NUNCA MAIS, INOIZ ERE EZ.

Llegeix la primera part de l’article “Tras las huellas del padre” aquí.